July 19, 2014

Sobre la Reforma en Inglaterra

Durante siglos, a los ingleses nos han enseñado que la Iglesia de la Baja Edad Media era supersticiosa, corrupta, explotadora y extranjera. Principalmente, nos contaron que el rey Enrique VIII y el pueblo inglés despreciaban su pompa papista y sus ritos primitivos. Inglaterra estaba harta de los magos ignorantes y confusos de la Iglesia extranjera, y a lo largo de todo el país la gente de los Tudor prefería a hombres racionales que hablaban claro, como Wycliffe, Lutero y Calvino. Enrique VIII logró lo que todo inglés y galés cuerdo deseaba desde hacía mucho: una excusa para romper con la anacrónica subyugación a las ridículas restricciones de la Iglesia. 

Para muchos ingleses, el tema de si esto era cierto o no ni siquiera es debatible. Incluso hoy, el histórico desprecio inglés por todo lo católico con frecuencia es considerado irrefutable y objetivo. ¿Por qué nos lo habrían enseñado durante cuatro siglos y medio si no fuera así? Además, está claro que la inglesa no es una raza emocional como la de algunos de nuestros primos europeos. Nos gusta ver nuestras iglesias limpias y luminosas y prácticas y llenas de sentido común. Por esta razón, somos criados para creer que el catolicismo es fundamentalmente, bueno..., no inglés.

Pero en los últimos treinta años se ha producido una revolución en la investigación de la Reforma. Los principales eruditos empezaron a buscar más allá de las declaraciones de los líderes de la revolución religiosa (Enrique VIII, Thomas Cromwell, Thomas Cranmer, Hugh Latimer, Nicholas Ridley), más allá de las declaraciones parlamentarias y más allá de los grandes sermones. En cambio, se han centrado en los documentos dejados por los ingleses comunes. Este abordaje de la historia «desde abajo» sin duda ha sido el suceso más apasionante de la investigación histórica de los últimos cincuenta años. Nos ha alejado de lo que los dirigentes quieren que aprendamos y nos ha acercado a lo que realmente pasó.

Cuando se aplica este abordaje a la Reforma, lo que surge es un relato muy distinto del que nos enseñaron en la escuela.

Parece que en 1533, el año en que Enrique rompió con Roma, el catolicismo tradicional era la religión de la gran mayoría del país. Y era absolutamente próspero casi todos lados.

[...]

Antes de que pasara mucho tiempo [desde la ruptura con Roma], hubo una protesta organizada. En 1536, un levantamiento conocido como la Peregrinación de la Gracia llegó al sur desde el norte de Inglaterra y ocupó Leicester exigiendo el fin de los cambios radicales y una venganza contra Thomas Cromwell, cuyo saqueo mercenario de las abadías había escandalizado profundamente al pueblo. Mientras tanto, cerca de treinta mil personas (incluido el arzobispo de York) tomaron York con exigencias similares para que los reformistas se detuvieran. Como era de prever, todo esto terminó en catástrofe. Unos doscientos cincuenta manifestantes fueron ejecutados, lo que acabó con cualquier otra protesta masiva. Después de todo, la monarquía de los Tudor era una de las más poderosas de Europa.

La conclusión de esta moderna erudición basada en lo popular es que el arrasamiento de la Iglesia católica de la faz de la Inglaterra medieval no fue una revolución «desde abajo» en la que Enrique simplemente accedió a los deseos de su pueblo librándolo de una dominación extranjera ampliamente odiada. Al contrario, cada vez es más patente que Enrique y su círculo impusieron la Reforma «desde arriba», desatando cien años de profunda indignación y enajenación que solo fueron superadas mediante una política sostenida y la fuerza bruta. La política y la economía siempre han encajado bien, y esto no era distinto en la época de Enrique. Al repartir algunas de las tierras y las riquezas robadas a los monasterios, Enrique fue capaz de crear una firme camarilla de terratenientes influyentes que tenían un interés económico en apoyar las reformas.

July 17, 2014

Boca Juniors en la Rapa das Bestas de Sabucedo




La importancia de cagar a patadas a los rivales


«Una patada, aunque te lesione, parece políticamente correcta; un mordisco, totalmente impresentable. Tanto, que a Suárez lo quieren enviar al psicólogo. Tendrá que aprender a descargar su agresividad con patadas» (Edurne Uriarte).

July 13, 2014

Acerca de los embriones humanos

«La ciencia embrionaria nos dice dos cosas importantes acerca de los embriones humanos: qué es lo que son y cuándo comienzan a serlo. Nos dice que los embriones humanos son seres humanos en cierta etapa (muy temprana) de su desarrollo y que, en la gran mayoría de los casos, esos seres humanos empiezan a serlo en la concepción, que es el inicio de un organismo unicelular luego de la fecundación de un óvulo por un espermatozoide» (Robert George y Christopher Tollefsen).

July 09, 2014

Dawkins el demonólogo

El capítulo de Dawkins sobre los memes me resultó muy alarmante. Como es sabido, la mentalidad demonológica cae fácilmente en trastornos mentales espantosos y poco tratables. Entre los síntomas de estos trastornos, ninguno es más común que las fantasías de estar «poseído» por «espíritus malignos», «habitado» por «fuerzas extrañas» o «infectado» por organismos hostiles pero aún desconocidos para la ciencia terrenal. Y entonces leo la siguiente explicación de la teoría de los memes, escrita por un colega de Dawkins que cuenta con todo su apoyo:

Los memes son «estructuras vivas, no metefórica, sino técnicamente. Cuando plantás un meme fértil en mi mente, literalmente ponés un parásito en mi cerebro, convirtiéndolo en un medio de propagación de ese meme, del mismo modo en que un virus puede infectar el mecanismo genético de una célula huésped. Y esto no es solo una manera de decirlo: el meme de, digamos, [el teorema de Pitágoras] de hecho se ha vuelto físicamente real, millones de veces, como una estructura en el sistema nervioso de hombres particulares...»*.

No puedo hablar por otros, pero en lo que a mí respecta, es imposible leer estas palabras sin sentir preocupación por la salud mental del Sr. Dawkins. Trato de pensar lo que yo o cualquiera podría decirle para evitar que caiga en el abismo de la locura absoluta. Pero si un hombre cree que cuando le enseñaron por primera vez el teorema de Pitágoras en la escuela su cerebro recibió el parásito de un microgusano que dos mil seiscientos años antes había ingresado en el cerebro de Pitágoras..., ¿qué puede uno decirle con alguna esperanza de que surta efecto?



David Stove, Darwinian Fairytales, essay VII, «Genetic Calvinism or Demons and Dawkins».

* El autor cita, adaptándolo a su propia escritura, este pasaje de Dawkins (The Selfish Gene, cap. 11, «Memes: the new replicators»): «As my colleague N. K. Humphrey neatly summed up an earlier draft of this chapter: '... memes should be regarded as living structures, not just metaphorically but technically. When you plant a fertile meme in my mind you literally parasitize my brain, turning it into a vehicle for the meme's propagation in just the way that a virus may parasitize the genetic mechanism of a host cell. And this isn't just a way of talking—the meme for, say, "belief in life after death" is actually realized physically, millions of times over, as a structure in the nervous systems of individual men the world over'». Pone entre corchetes el teorema de Pitágoras para señalar que ha puesto ese meme en lugar del de la creencia en la vida después de la muerte, el ejemplo utilizado por el amigo de Dawkins.

July 02, 2014

La monotonía de lo hermoso


«Cuando estás en Suecia, ves una persona hermosa tras otra y otra y otra, hasta que al final ni te das vuelta para mirar, porque sabés que la próxima persona que veas va a ser tan hermosa como la que no te molestaste en mirar. En un lugar así, podés aburrirte tanto que cuando ves a una persona que no es hermosa, te parece muy hermosa, porque rompe la monotonía de lo hermoso» (Andy Warhol, The Philosophy of Andy Warhol, 4, «Beauty»).