«El Sr. Fry acaba de terminar de interpretar a Malvolio en Noche de Reyes. Dado que la obra tuvo lugar en West End, y por lo tanto no estaba cubierta por el canon televisivo [de la BBC], no me vi obligado a pagar por ella. Pero me dicen que [Fry] estaba interpretando menos a Malvolio que a —¿quién lo hubiera dicho?— ese gran personaje, Stephen Fry. Bueno, estoy seguro de que si Shakespeare hubiera sabido del Sr. Fry, lo hubiera incluido en más obras suyas» (Stephen Pollard).
«Hay una tentación en los tiempos actuales de vender el relato del genio, y para ello se utiliza lo que es fácil de replicar en él: la rareza, la excentricidad. Definitivamente, es útil hacerse el loquito a los efectos de construir la imagen de un personaje con talento, porque remite al estereotipo de la genialidad y, secreto a voces, porque oculta una gran inseguridad, un persistente agujero afectivo» (Carlos Pérez).
La introversión es «el estado de, o la tendencia a, encontrarse completa o mayormente preocupado e interesado por la propia vida mental». Algunos escritores populares han caracterizado a los introvertidos como gente cuya energía tiende a aumentar durante la reflexión y a disminuir durante la interacción. Esto es similar a la idea de Jung, aunque este se centraba en la energía mental en vez de la energía física. Pocas de las concepciones modernas hacen esta distinción.
La percepción moderna común es que los introvertidos tienden a ser más reservados y menos expresivos cuando están en un grupo. Suelen gustarles las actividades solitarias como leer, escribir, usar la computadora, salir a caminar y pescar. El artista, escritor, escultor, ingeniero, compositor e inventor arquetípicos son todos altamente introvertidos. Es probable que el introvertido disfrute el tiempo que pasa solo y encuentre menos satisfactorio el tiempo que pasa en grupos numerosos de personas, aunque puede disfrutar la interacción con amigos íntimos. La confianza es una cuestión relevante: una virtud de total importancia para los introvertidos es elegir compañeros dignos. Prefieren concentrarse en una sola actividad a la vez, y les gusta observar las situaciones antes de participar, algo que se da especialmente en niños y adolescentes. Son más analíticos antes de hablar. Los introvertidos se sienten fácilmente abrumados por el exceso de estímulos de las reuniones y participaciones sociales, y algunos han definido la introversión como la preferencia por un ambiente tranquilo, mínimamente estimulante.
La introversión no es lo mismo que la timidez, aunque con frecuencia los extrovertidos la confunden con ella. Los introvertidos prefieren las actividades solitarias antes que las sociales, mientras que los tímidos (que en el fondo pueden ser extrovertidos) evitan los encuentros sociales por temor.
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«Deberíamos cuidarnos de la arrogancia de lo contemporáneo y de la presuposición de que lo nuevo es superior. Tomada seriamente, la idea de que la Iglesia debería seguir mansamente las variaciones de la opinión pública a lo largo de los siglos llevaría a la disolución de toda su autoridad para enseñar. Una religión que no hiciera más que aprobar automáticamente las ideas predominantes sería un espectáculo lastimoso. Además, sería llevada inmediatamente a contradecirse. Las opiniones cambian continuamente a lo largo del tiempo, pero cualquier religión sería incoherente si enseñara una cosa en un período, la opuesta en el siguiente y cualquiera que viniera después en el futuro, según lo que se dijera en cada época. Debería ser obvio que el pensamiento moral debe tener fundamentos mucho más rigurosos» (Richard Waghorne).
